La secuencia gráfica da cuenta de Lauren, uno de los miembros de la galería de Reborn Baby Dolls en internet: http://www.reborn-baby.com/
Este año 2010, Papa Noel y los Reyes Magos, entre todos los juguetes que llevan en sus sacas, cuentan con dos muñecos especiales: uno para niños con discapacidad y otro para coleccionistas.
En el campo de los muñecos, la ficción puede igualar a la realidad. Es el caso de las figuras "reborn", muñecos hiperrealistas que parecen auténticos bebés recién nacidos y que no dejan indiferente a nadie: apasionan o dan repelús (repugnancia).
Soledad David, amante de los muñecos, vio un "reborn" en Ebay y se dijo que tenía que ser capaz de crearlos. Desde entonces, ha conseguido hacer un muñeco en un plazo de cinco días y las ganancias que obtiene de la venta las invierte en comprar nuevos moldes.
Las motivaciones que empujan a adquirir estas figuras hiperrealistas son muy distintas.
Algunas personas las coleccionan, otras las exponen en el escaparate de una tienda de ropa para bebés y algunos especialistas las aplican a la geriatría porque consideran que tienen valor terapéutico.
Su parecido con un bebé hace que parejas que no pueden tener hijos encarguen un muñeco que posea rasgos de los dos integrantes, y también hay padres que quieren tener una réplica exacta de su bebé.
Lo que a algunos les parece una obra de arte, otros lo consideran una herramienta terapéutica y algunos lo califican de macabro porque les parece un niño sin vida.
"A priori" son muñecas convencionales, pero si se observan con detalle, se comprueba que todas han sido realizadas con materiales suaves y ligeros para evitar que los niños se dañen o lesionen con sus movimientos incontrolados, y para que les sean más fáciles de manejar.
Se han creado trajes fáciles de orientar y colocar con cómodos elásticos, mangas anchas y velcros discontinuos y aberturas amplias que facilitan el juego de los niños, dice José Carlos Martín, coordinador del Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT).
Violeta Molina/Carmen Martín.
Efe-Reportajes
En el campo de los muñecos, la ficción puede igualar a la realidad. Es el caso de las figuras "reborn", muñecos hiperrealistas que parecen auténticos bebés recién nacidos y que no dejan indiferente a nadie: apasionan o dan repelús (repugnancia).
Soledad David, amante de los muñecos, vio un "reborn" en Ebay y se dijo que tenía que ser capaz de crearlos. Desde entonces, ha conseguido hacer un muñeco en un plazo de cinco días y las ganancias que obtiene de la venta las invierte en comprar nuevos moldes.
Las motivaciones que empujan a adquirir estas figuras hiperrealistas son muy distintas.
Algunas personas las coleccionan, otras las exponen en el escaparate de una tienda de ropa para bebés y algunos especialistas las aplican a la geriatría porque consideran que tienen valor terapéutico.
Su parecido con un bebé hace que parejas que no pueden tener hijos encarguen un muñeco que posea rasgos de los dos integrantes, y también hay padres que quieren tener una réplica exacta de su bebé.
Lo que a algunos les parece una obra de arte, otros lo consideran una herramienta terapéutica y algunos lo califican de macabro porque les parece un niño sin vida.
"A priori" son muñecas convencionales, pero si se observan con detalle, se comprueba que todas han sido realizadas con materiales suaves y ligeros para evitar que los niños se dañen o lesionen con sus movimientos incontrolados, y para que les sean más fáciles de manejar.
Se han creado trajes fáciles de orientar y colocar con cómodos elásticos, mangas anchas y velcros discontinuos y aberturas amplias que facilitan el juego de los niños, dice José Carlos Martín, coordinador del Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT).
Violeta Molina/Carmen Martín.
Efe-Reportajes
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