Porque aunque nos cueste aceptarlo, algunos alimentos deben consumirse frescos, ya que toleran mal los tiempos de congelación. Aquí hay cinco.
Fruta y verdura con alto contenido en agua
A veces sucede que se descongela un paquete de frutas del bosque y se ha quedado reducido a la mitad. ¿Por qué sucede esto? Algunas frutas y verduras como fresas, lechuga, pepinos y tomates están compuestos de células que le dan la estructura que conocemos.
Estas células contienen una gran cantidad de agua que, una vez congelados, forman cristales de hielo mucho más grandes que las moléculas de agua original, causando la ruptura de las paredes celulares que conducen a la pérdida de integridad estructural del alimento. Esto implica, además de una pérdida evidente de la buena apariencia original, una pérdida de sabor.
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Huevos con cáscara y mayonesa
Los huevos se encuentran entre los alimentos que es mucho mejor no congelar. Los huevos crudos, con cáscara, se rompen, desparramando su contenido en todas partes.
Lo mismo para la mayonesa. Dado que esta es una emulsión estable de aceite de oliva dividido en agua con yema de huevo, si el actual proceso de descongelación-congelado rompe la emulsión creada a partir del huevo, deja como resultado una masa bastante gruesa e inutilizable.
Diferente es el discurso para las claras, que pueden ser guardadas en el congelador. Eso sí, etiquetadas en una bolsa de manera clara. Después se pueden utilizar para hacer, por ejemplo, merengue.
Pescado cocido
El pescado es uno de los alimentos que a la mayoría de nosotros nos gustaría poder congelar porque una vez cocinado se conserva en la nevera durante un corto periodo de tiempo y con frecuencia se acaba tirando. Lo cual es un desperdicio.
Pero hay que tener cuidado porque aunque el pescado (envasado al vacío) puede ser congelado tranquilamente hasta un período de 3 meses, si el paquete contiene aire, el pescado absorberá la humedad y se convertirá en una pieza blanda, de mala calidad e inservible.
Cremas
Cuando se congelan líquidos como sopas, caldos, purés,etc. se separa el estado sólido de la parte líquida. La única forma de almacenarla correctamente es utilizarla para hacer una salsa (es decir, que hay que triturarla) y luego congelar el producto terminado.
Además, debes tener ciertas precauciones como no usar patata para el guiso ya que este tubérculo no se congela bien y posteriormente, al descongelar, la crema estará como líquida.
Tampoco debes condimentar la crema antes de meterla en el congelador, es mejor hacerlo después, y no olvides sacarla unas horas antes de ser consumida.
Pasteles y postres
Si bien es cierto que se puede congelar los pasteles, no es aconsejable porque tienden a romperse o agrietarse, y pierden sabor y consistencia. Si además tienen colorantes, pierden toda su nitidez y se convierten en un caos desagradable de ver. Incluso la famosa guinda del pastel, una vez descongelada se convierte en una bola bastante pegajosa. ¡Mejor evitarlo!
Recuerda que es conveniente congelar los alimentos fraccionados en pequeñas cantidades, apuntando en cada paquete el contenido y la fecha de congelación lo tendremos todo bajo control.
Que el proceso de descongelación varía en función del producto. Por lo general, lo más aconsejable es una descongelación lenta dentro del frigorífico.
Y descongela únicamente la cantidad de producto que vayas a consumir porque una vez descongelado no se puede volver a congelar.
Por Monica De Haro Salud y bienestar – Miércoles 21 de diciembre.
Fuente: artículo adaptado de Yahoo! Italia Lifestyle
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