Acaso por motivos generacionales la gran mayoría de su fiel audiencia masculina no llegue a imaginarse nunca el soberbio peluche que la presentadora de CNN se carga entre las dos piernotas que posee. Patrimonio de un archivo casi inédito, la gráfica en color sepia corresponde a sus tiempos de reinado y de pasarela, comoquiera que fue flamante virreina de belleza de Colombia, tierra de flores y de mujeres únicas.
En efecto, la parte sombreada que abunda en los alrededores de la pieza inferior de su biquini de 1984 en Miss Mundo denota una auténtica, inexpugnable y provocativa selva de gruesos vellos lustrosamente renegridos, que le infunden un encanto verdaderamente increíble a la diva. Por supuesto, comparada con esta, la jungla amazónica es un pinche desierto. ¡Mmmuuaaá! Dicen los señores: ¡Qué cosota tan espectacular, tan rica y tan bella! ¡Cuántas delicias en este mechero tan frondoso!
Y agregan: ¡Quién fuera ese tapabocas, tan de moda hoy en las calles, puertos, autobuses, aeropuertos y estaciones de tren en el mundo! De veras, ¡como para comérsela a besos y mordiscos y bebérsela a sorbitos!
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