Son pocas las personas que aún no conocen los beneficios del yogurt.
Pero para ellas, acá van sólo algunas de las propiedades de este noble alimento.
Contiene unas bacterias que favorecen la flora intestinal, también mejora el
valor nutricional de los alimentos y la resistencia contra organismos patógenos,
estimula el sistema inmunológico, es antialérgico, ayuda a regular los
trastornos gástricos, es una fuente importante de calcio (por lo tanto previene
la osteoporosis) y, como si fuera poco, embellece la piel.
Por eso, esta receta que voy a dar a continuación es muy importante
para aquellos que quieran mantener una dieta saludable. Además, es mejor aún si
se trata de un producto casero, ya que los que se venden en el mercado contienen
una mayor cantidad de harinas, conservantes y azúcar refinada. Por otra parte,
es muy fácil de hacer y no por eso menos delicioso.
Aunque parezca raro, uno de los productos que vamos a necesitar es el
mismo yogurt, porque contiene las bacterias que tienen que reproducirse en la
leche. Cuando vamos al supermercado es importante que en la etiqueta del envase
diga "live cultures" o "active cultures", que está indicando que son esos
microorganismos vivos. Pero antes de mezclarlos, debemos combatir otros que
podrían llegar a impedir el proceso. Para eso debemos calentar la leche a entre
82 y 85ºC y dejar que se enfríe a unos 45 grados.
Qué necesitamos:
Un (1) litro de leche entera o descremada, 1 yogurt (preferiblemente
natural). Opcionales: un termómetro, una cucharada de leche en polvo, una de
esencia de vainilla y azúcar o edulcorante (a gusto).
Manos a la obra:
1- Colocar la leche en una
cacerola a fuego moderado hasta que esté casi a punto de hervir, es decir, que
eche bastante vapor. Si cuenta con un termómetro, la temperatura ideal es de 85
grados. Es importante que no hierva para que el proceso se realice
correctamente.
2- Retire del fuego y deje que
se enfríe a temperatura ambiente hasta que al meter el dedo meñique sienta que,
si bien quema, lo puede sostener 5 segundos. Esto es a una temperatura de 45
grados (alrededor de ½ hora desde que se apaga la hornalla). En caso de que se
haya enfriado más de lo debido, puede volver a calentar la leche.
3- Colocar la leche en un
recipiente (preferentemente de vidrio, plástico o cerámica) que no esté muy frío
y mezclar con 2 cucharadas de yogurt. También se puede colocar en un termo,
previamente entibiado con agua caliente, cerrarlo y sacudir con fuerza para que
se mezcle bien.
4- Si optó por otro tipo de recipiente debe
taparlo muy bien con un paño limpio o, si hace frío, una frazada para que
mantenga esa temperatura la mayor cantidad de tiempo posible. Lo ideal es
dejarlo dentro del horno apagado, pero esto no es necesario cuando hace calor.
Es decir, tiene que ser un lugar cálido y seco.
5- Dejar reposar un mínimo de 7
horas o de una noche hasta el otro día.
6- El yogurt ya está listo, ahora
puede endulzarlo a gusto o agregarle lo que desee, desde esencia de vainilla,
leche en polvo (para darle otra consistencia), pulpa de frutas, cereales y hasta
mermelada. Luego, a la nevera. Si lo conserva en un recipiente hermético puede
llegar a durar una semana dentro de la nevera. Una vez abierto, sólo de cuatro a
cinco días.
Consejo: antes de
agregarle los complementos, reserve un poco de yogurt al natural para hacer más.
Esto se puede repetir hasta siete (7) veces. Luego, habrá que comprar un envase
nuevo.
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Paula Halperín |
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