martes, 5 de junio de 2012

Princesa huye sin pagar el hotel

Los ojos de una mujer con el cabello cubierto
La princesa saudí Maha al-Sudairi tenía reservadas las 41 habitaciones de una de las plantas del hotel parisino de cinco estrellas Shangri-La. Lo que no tenía era intención alguna de pagar por ellas. De hecho, cada vez que el personal del hotel se le acercaba para recordarle que su factura se estaba disparando, ella hacía lo posible por huir de la escena con mayor o menor discreción. Y así hasta este fin de semana, cuando la cuenta superó los seis millones de euros y ella decidió poner fin a la situación por la vía menos principesca posible: hizo las maletas e intentó huir a las tres de la mañana del viernes. La idea era que no la viera nadie y granjearse un huída de dimensiones colosales.

El problema es que la pillaron. Sería porque iba con un séquito de 60 sirvientes, o porque había acumulado un equipaje de cientos de maletas o porque a las puertas del hotel la esperaba un escuadrón de limusinas para cargar con todo. El caso es que el personal del hotel tuvo que llamar a la policía en el acto, quizás con la idea de que la arrestaran como a cualquiera que intentara irse sin pagar. Pero uno no acumula una deuda de más de seis millones por ser una persona normal. Maha al-Sudairi es la ex mujer de Nayif bin Abdulaziz, el segundo en la línea monástica de Arabia Saudí. Y por tanto tiene inmunidad diplomática. La policía, a su vez, solo pudo llamar a la embajada saudí.

Y en lo que se resolvía el asunto, la princesa (y los 60 sirvientes y los cientos de maletas) tuvo que esperar en otro hotel de cinco de estrellas, el Royal Monceau. El dueño de este alojamiento es el emir de Catar, un amigo personal de la familia, y en principio no intentó cobrar por la espera, pero no le convenía que fuera demasiado: la princesa entró en el Shangri-La el 23 de diciembre de 2011 y había ido generando gastos de un millón de euros al mes.

Hasta entonces, Maha al-Sudairi había estado encerrada en una finca del rey saudí por ir dejando un rastro de deudas sin pagar por las tiendas más exclusivas de Europa. Al rey Abdulá nunca le ha hecho mucha gracia la costumbre de esta mujer de ir dejando pagarés en nombre de su reino allá por donde va. De hecho, le prohibió seguir gastando, pero eso no la detuvo: en junio del 2009 ya tuvo que cobijarse en la inmunidad diplomática después de acumular unos 18 millones de euros en ropa sin pagar (había, por ejemplo, 74.000 euros en ropa interior de diseño). Estos gastos vuelven a correr a cuenta del estado saudí, que debe pagarlos no tanto porque lo dicen los pagaré que ella sigue emitiendo, sino para evitarse un conflicto diplomático.

La entrada del Hotel Shangri-La de París (AFP Photo/Eric Piermont)
Por Thomas Castroviejo - Yahoo! en Español.

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