martes, 14 de agosto de 2012

Así es la convivencia en el Siglo XXI...

Ni novedad, ni secreto, ni cosa que parezca digna de exaltar. Estos jóvenes practican el llamado sexting, consistente en el intercambio, a través de sus teléfonos y pantallas móviles, de imagenes eróticas de sí mismos. Es el deporte de moda en el mundo.

 Extendido como una pandemia entre las nuevas generaciones, uno de los inconvenientes del sexting está en aquellas imágenes propias confiadas a algún usuario muy personal, que resultan siendo públicas. El fenómeno ha llegado al punto en que los grupos de presión, tan propios de estos ámbitos juveniles, imponen esta práctica a muchas chicas, ¡si, especialmente a ellas!, a manera de condición para permitirles interrelacionarse socialmente, so pena de marginarlas de determinados núcleos.

Por lo pronto, la manera de convivencia entre la gente nueva está inexorablemente atada a los aparatitos móviles, cada vez más sofisticados, según secuencias como la presente, que resultan paradójicas. Y es porque, a mayores posibilidades de comunicación, el mundo parece, contrariamente, más aislado y más individualista que nunca. ¿Hasta dónde esta fiebre?

 "¿Qué van a desayunar, chicas?
Pónganse de acuerdo...".

 En un intervalo de clase.

 "¿Museos? Hemos visto mejores...".

 En la mesa del almuerzo.

 "¿De veras, muchachos, querían venir a la playa?"
 "¡Qué finalísima de baloncesto tan aburrida!"

 La esperada cena a media luz...


Ufff! Me imaginaba un paseo mucho mejor...!".



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