Resulta bien elocuente cómo, por vanidad, se incurre en excesos irreversibles. He aquí una minúscula muestra de las consecuencias del bótox en el rostro de mujeres empeñadas en alcanzar la belleza o de prolongar la juventud al precio que sea, incluso a riesgo de parecer muñecas de carnaval.
Jackie Stallone, madre de Sylvester
Stallone, llegó a la premiere de la película "The Expendables 2" luciendo
un dramático cambio de imagen.
La actriz Jocelyn Wildenstein pretendía un
look con aire felino, y en verdad lo consiguió. Su aspecto de leona es
indiscutible.
Lindos los ojos, perfilada la nariz, la modelo
ruso-norteamericana Ana Matriovskaya deseaba tener unos labios más sexies. "¿De quién es
esa boquita?", solían coquetearle sus admiradores. Hoy conocida
como Miss Good-Year, le preguntan: "Perdón: ¿Quien es la propietaria
de semejantes neumáticos?".
Para besar a la cantante alemana Martitza Schlutz es indispensable someterla a este incómodo procedimiento.
En cuanto a Yuliana Albaku, activista polaca por los derechos laborales, habrá
que decir que para poderla consentir tal como ella lo exige, es preciso aguardar hasta el
1° de mayo, Día Mundial del Trabajo, cuando se reúnen todos los sindicatos.
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